La segunda vida del Negro
Adán es un cuento no biográfico de la
leyenda de Barranquilla, con historias populares. Tiene una forma diferente de
contar la historia, dividiendo el libro en cortos episodios en donde nos va
relatando “las larguezas de una época brava en la que el contrabando, el
tráfico de estupefacientes, y la presencia de “fuerzas oscuras” enrarecieron el
ambiente citadino” (Olaciregui, 2014) , y eso remarca la singularidad
del libro.
El libro cuenta la historia por medio de cortos episodios, en donde los personajes aparecen y desaparecen sin ninguna razón, el libro no tiene una linealidad, el relato es fragmentado, puede, el lector, imaginarse el paradero de esos personajes e imaginarse el final, porque no tiene un final especifico tampoco.
El libro cuenta la historia por medio de cortos episodios, en donde los personajes aparecen y desaparecen sin ninguna razón, el libro no tiene una linealidad, el relato es fragmentado, puede, el lector, imaginarse el paradero de esos personajes e imaginarse el final, porque no tiene un final especifico tampoco.
Esta es una forma diferente de contar una historia, adoptada recientemente en Francia por Olaciregui, como él mismo dijo en la presentación del libro en mayo del presente año.. Igualmente, el libro cuenta el final con tres cuentos de piratas, por medio de una escritura mucho más clásica, sobre un ataque que hubo en Cartagena por parte de un barón francés.
Es una forma
interesante de escribir un cuento, tal vez no muchos lectores la acojan, pero
es igualmente valida, dentro de la unidad del cuento. El problema recae en que
es un estilo un poco fragmentado y la mayoría de lectores de este género está
acostumbrado a una historia lineal, con un inicio, nudo y desenlace, que se
pueda meter en la historia, ser parte del relato y tal vez, con esta forma de
escribir es más difícil que el lector se introduzca completamente en la
historia; pero igualmente
eso no le quita el prestigio al libro, sigue siendo una historia muy bien
contada y como dicen por ahí, “ hay que leer de todo un poco”.
La intensidad del libro es
calmada, si se podría decir así, te lleva poco a poco por la historia del Negro
Adán, te lleva de allá para acá, con saltos de tiempo y personajes un poco
confuso. A veces, en cada relato se puede hablar de una cosa totalmente
diferente al anterior relato: unos pocos relatos tenían un linealidad, pero ese
“milagrito” duraba solo unos pocos, obliga al lector a unir los
personajes de alguna manera a través del libro y encontrarles por sí mismo un
destino o un final.
La mayoría del tiempo, los relatos se
dan en la ciudad de Barranquilla. Allí ocurren todos
los acontecimientos sobre las aventuras del Negro Adán y todos los personajes
que se incluyen en el libro. Se habla de isla verde, el matadero de cerdos,
hoteles, Santa Marta, Cartagena, Francia, Bogotá, Fiestas, restaurantes, Bocas
de Cenizas, casas, etc.
Los personajes
de este cuento son muchos pero tratare de nombrar algunos: en primer lugar el
Negro Adán, Carlos Maelo, Eusse, Alfonso, Carmen, Juan Subirats, Mariana, Omar
Leal, Toño Morales, Marcela, Ismael, Rosalia, Yoe, Rosa Eleny, Micaela, Rojas
Herazo, Chano Pozo, Ines, Mary, Adama Wontina, Bartolo Gomez, Asuncion, Micaela
y Nicolasa(las mellas), Antonio Morales, Zoila Menguele, entre otros.
Es un cuento de 180
páginas. Cualquiera diría que de brevedad no tiene nada, para ser un cuento,
pero la brevedad que yo veo es en lo que está al interior de ese cuento, en la
brevedad de la mayoría de sus relatos, en cómo desaparecen algunos de los
personajes “así como así”, en cómo introducen otros sin ningún antecedente en la
historia, en cómo pasa de una locación a otra, de un narrador a otro, de cómo
todo es tan poco lineal, el
querer que el lector especule en mucha cosas y divague en otras: en eso, me
parece a mí, radica la brevedad de este cuento.
Por ahí dicen
que el silencio lo dice todo, creo que Olaciregui se lo tomó muy “a pecho”. Podríamos
decir que en todo el relato los silencios son los que reinan, al principio uno
piensa que es un cuento mal escrito y que no se logra entender nada, pero cuando se avanza es
evidente que lo que rige el relato es el “termínalo tú”.
Los personajes que aparecen de la nada y los que desaparecen de la misma manera, toca ponerse en el trabajo de crearles un inicio y un final; simplemente la forma de contar esta historia hace que todos los lectores tengamos que imaginar muchas cosas, nos quieren poner a pensar, a imaginar, a inferir, a raspar el alma, hay muchas cosas inconclusas y eso, tal vez, hace la esencia del cuento y la manera narrativa que propone el autor.
Los personajes que aparecen de la nada y los que desaparecen de la misma manera, toca ponerse en el trabajo de crearles un inicio y un final; simplemente la forma de contar esta historia hace que todos los lectores tengamos que imaginar muchas cosas, nos quieren poner a pensar, a imaginar, a inferir, a raspar el alma, hay muchas cosas inconclusas y eso, tal vez, hace la esencia del cuento y la manera narrativa que propone el autor.
El lenguaje
utilizado es simplemente incriticable, es pulcro y perfecto, tanto que toca
buscar muchas palabras para poder seguirle el juego al libro. Es con estos
libros de lenguaje tan bien utilizado que uno se culturiza, aprende ortografía
y palabras nuevas que se guardan en el disco duro del cerebro y después poco a
poco se incluyen en nuestro hablar diario.
En general es un
muy buen libro, con una forma rara de llevar la trama. El problema es que no
es del agrado de todos los lectores por su forma de
escribir, pero el buen lector sabe sacarle el lado positivo a todo libro y siempre
hay que tratar de indagar el porqué de esa forma de escritura y así no quedarse
con la duda si es que lo escribió mal o se está leyendo de la forma incorrecta.
Bibliografía
Olaciregui, J. (2014). La segunda vida del Negro Adán
. Bogotá D.C : CollaGeditores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario